¿Por qué el padre Chucho se va de Colombia?
En diálogo con el canal de YouTube La red viral, el famoso sacerdote colombiano reveló que “tuve amenazas y prefiero callar, estar en silencio, prefiero tomar distancia y soltar mi tierra como la han soltado muchos”.
Según el religioso, las amenazas empezaron a llegar luego de que él diera unas declaraciones sobre el futuro del país. “Con la mala interpretación que hubo y la situación que vivimos hoy en el país, hablar de Dios y llevar un mensaje del cielo a la persona que lo necesita, a los que sufren, pareciera que lo bueno hoy es malo”.
El padre Chucho agregó que está agradecido por la gestión para radicarse en los Estados Unidos. “Les agradezco a ellos que me reciben, a los americanos que me reciben el mensaje de la palabra y le agradezco al gobierno de los Estados Unidos que me dio la posibilidad una visa de residencia, ya tengo mi Social Security, ya tengo todos los permisos y puedo trabajar”.
Recientemente, en entrevista concedida a la revista Semana, el sacerdote dio a conocer cuáles fueron las palabras que dijo y que generaron malestar en un grupo de personas, a tal punto, que empezó a recibir amenazas en su contra.
SEMANA: ¿Por qué les dice a sus fieles que se preparen para una guerra civil?
JESÚS ORJUELA: Hay que poner el contexto en el que estoy en la homilía. Predicaba el texto de Éxodo, cuando Dios llama a Moisés y le dice: “He visto un pueblo que está oprimido, secuestrado por el mal, llevado a la esclavitud, he escuchado el grito de auxilio de mi pueblo”. En ese contexto, le digo a mi comunidad que tenemos que evitar, prevenir que llegue lo que han vivido tantos pueblos por tanto tiempo de sufrimiento y dolor. En ningún momento y bajo ninguna circunstancia, he nombrado a Gustavo Petro, no tengo esas funciones. Él ha hecho un llamado a la paz total, que todos deseamos, a un acuerdo, todos sentimos esperanzas. Pero me duele, mi dolor es el de cada colombiano, llevo dolor en mi corazón, como sacerdote vi y sé lo que es la guerra y un conflicto que no para, lo viví en Israel. Siento dolor por doña Martha, quien forma parte de mi comunidad, su niña especial necesita un medicamento que no le puede faltar. Ella hoy llora y sufre porque le falta la medicina cuando empieza a convulsionar.
SEMANA: ¿La situación del país es tan compleja que podríamos llegar a una guerra civil?
J.O.: Lo que vivimos fue un estallido social, fue un conflicto social en el que las personas tuvieron que defenderse con palos y escobas. A este tema de injusticia, si le sumamos lo que estamos viviendo hoy, ¿a dónde vamos a ir? La invitación a los creyentes es a que no nos llenemos de odio, no permitamos que el odio nos divida. Si no nos unimos, si seguimos en ese conflicto y enfrentamiento, el lobo nos destruye y nos lleva a destruirnos como lo vivimos. Yo le llamo guerra civil al estallido social que tuvimos los colombianos. Creo que ninguno quisiera volver a vivirlo.
SEMANA: ¿Pensó lo que iba a decir en el sermón o fluyó?
J.O.: Fue espontáneo por lo que estoy viviendo, sintiendo, las lágrimas que estoy experimentando, el dolor que tengo. Pueden entrevistar a toda mi comunidad si los he invitado a coger un arma, a que nos unamos a salir a las calles a hacer guerra. Todo lo contrario.
SEMANA: Petro se sintió aludido y le respondió: “Qué guerra civil ni qué ocho cuartos”.
J.O.: Conozco a un primo hermano del presidente, cantaba con él en el Cantón Norte, a sus tíos, sus primos. No conozco al presidente y tuve un sueño en el que vi que me encontraba personalmente con él. Le dije: presidente, conozco a su familia, todo lo que usted tiene en su corazón para hacerle bien a los que más sufren lo logrará con la bendición de Dios. Me quisiera encontrar con Petro para decirle que Dios lo bendiga.
SEMANA: Dice que Colombia llegará a una guerra civil si no reaccionamos. ¿Cómo así?
J.O.: Apoyar y fortalecer las instituciones de nuestro país, la institucionalidad. ¿Cómo evitar un estallido social? ¿Una batalla civil entre unos y otros? Dejando estos odios. No estoy metiéndome en política, me lo han propuesto no una, sino muchas veces, me han pedido que me lance, pero nunca lo voy a hacer. Me han propuesto alcaldías, gobernación. No estoy para eso. Sea esta la oportunidad para pedirle perdón a Colombia si, de pronto, este sermón lo malinterpretaron y han entendido como si la Iglesia se metiera otra vez, como en años anteriores, a crear división en el Estado. Le pido perdón a mi Iglesia por lo que dije como prevención: hay que apoyar las instituciones, soñamos con una institución como el Ejército, que ha llegado a tantas victorias y logros, una Policía, una Fuerza Aérea.
SEMANA: ¿Lo han amenazado después del sermón?
J.O.: Sí, he recibido todo tipo de amenazas. Tengo unos sobrinos que el año pasado (Juan Felipe y Francisco José Orjuela) tuvieron que salir de Colombia. Llevo esa tristeza, ese dolor, porque fueron atacados por ser mis sobrinos. Llevo ese dolor, me equivoco, pido perdón si me equivoqué, jamás he maltratado a un presidente, a un partido político e incitar al odio. Pero sí les digo y lo vuelvo a repetir: cuidémonos, colombianos, unamos las fuerzas de bien que tenemos, no permitamos más, apoyemos todos los procesos que traen justicia. Sí tengo en este momento la posibilidad de irme a Estados Unidos, le agradezco al Gobierno norteamericano que me entregó una visa para poder estar allí, pero quiero estar en Colombia, a pesar de las amenazas y el dolor que llevo.