El brutal asesinato de Sofía Delgado, una niña de 12 años en Candelaria, Valle del Cauca, ha conmocionado al país, dejando un impacto profundo en la comunidad y las autoridades. La investigación dio un giro crucial cuando Brayan Campo, vecino de la menor, fue señalado como el principal responsable del crimen.
Lo que comenzó como una búsqueda conjunta de la niña, en la que incluso Campo participó, terminó con su confesión y una captura que revela detalles clave sobre su fallido intento de escapar.
La trama de un intento de fuga frustrado
Brayan Campo, de 32 años, comenzó a despertar sospechas por cambios drásticos en su comportamiento. Según las autoridades, tras los primeros interrogatorios y el avance de las investigaciones, Campo renunció a su trabajo, adquirió un pasaporte y dólares, e hizo evidentes sus intenciones de abandonar el país. Sin embargo, un detalle administrativo frenó sus aviones: un celular corporativo que debía devolver para recibir su liquidación laboral, un recurso económico que necesitaba para establecerse en el extranjero.
Este error permitió a las autoridades mantenerse bajo observación hasta obtener las pruebas definitivas. El 14 de octubre, tras recibir los resultados de ADN que lo vinculaban directamente con Sofía Delgado, se emitió la orden de captura que culminó con su arresto.
El papel de la comunidad y las autoridades
Campo había intentado engañar a todos con una fachada de colaboración, participando en los trabajos de búsqueda de Sofía. Sin embargo, la Policía, mediante un trabajo minucioso, recopiló evidencias que lo incriminaban, desenmascarando sus intenciones de huir y evadir la justicia.
Este caso no solo evidencia la crueldad de un crimen que dejó sin vida a una niña llena de sueños, sino también la importancia de la acción coordinada entre la comunidad y las autoridades para lograr justicia. Ahora, Campo enfrenta la posibilidad de una condena superior a 30 años, mientras el país sigue conmocionado por los detalles de este trágico caso.