El difícil tema de orden público en esta región del departamento hizo necesaria la visita del Fiscal General de la Nación, Francisco Barbosa, quien aseguró que se le daría prioridad y celeridad a las investigaciones relacionadas con los homicidios registrados en los municipios de Buga, Buenaventura, La Unión, El Dovio, Roldanillo y Tuluá.
Ciudadanos extranjeros
Otro de los comportamientos que llamó poderosamente la atención y permanece en observación por parte de las autoridades, es el creciente número de muertes violentas de ciudadanos venezolanos en municipios como Tuluá, que registró dos casos en el 2020.
Permanece sin identificar el cuerpo sin vida de una persona hallada en zona rural de Tuluá.
La misma cifra se reportó en La Unión y Roldanillo, en esta última población una de las víctimas mortales fue una mujer y lo mismo ocurrió en Riofrío y Darién, donde se presentó el homicidio de un ciudadano del vecino país en cada localidad.
Muertes en cuarentena
Durante el primer período de aislamiento obligatorio, entre el 25 de marzo y el 30 de abril, las autoridades departamentales indicaron que se presentó una reducción significativa en todos los delitos, entre ellos el homicidio, de un 12%, con respecto al mismo periodo del año anterior.
Es más, varios municipios del centro y norte del Valle presentaron cero casos, en cuanto a muertes violentas, menos Buga, Bugalagrande, Riofrío y Zarzal y, por supuesto, Tuluá que en el mismo período de tiempo registró 18 homicidios, entre ellos dos personas halladas en el río, una en un cañaduzal y una mujer, en situación de calle, que fue atacada con arma blanca.
Menores y balas perdidas
El tema de los menores de edad asesinados sigue teniendo especial observación por parte de las autoridades judiciales, así como los móviles que están relacionados con los mismos.
Durante el año 2020, 16 menores de edad perdieron la vida de forma violenta en los municipios relacionados en el cuadro adjunto, 7 de los cuales se presentaron en Tuluá.
Por otra parte, una situación que, además de dolorosa, se volvió repetitiva fue la vivida por las familias de los menores que cayeron víctimas de las balas perdidas.
Vale la pena recordar el hecho en el que pereció Gustavo Muñoz en La Unión, un joven de 15 años que salió de su casa a la tienda y fue alcanzado por una bala cuando era atacado un transeúnte.
También se recuerdan los sucesos de Tuluá, en donde la pequeña Shamara García, de 45 días de nacida, falleció violentamente en el corregimiento de Aguaclara, mientras su mamá la amamantaba, y el de Santiago Álvarez, que atendía el negocio familiar cuando recibió un impacto de arma de fuego.
El último caso del año fue el de Felipe Betancourth, de 6 años, que murió víctima de los sicarios en la sala de su vivienda.
Violencia de género
Desde las diferentes oficinas de equidad de género a nivel nacional se hizo un llamado de alerta por el aumento, en más del 90%, de los casos de violencia en contra de la mujer durante el año anterior y especialmente en los días de cuarentena.
En esta región, un total de 21 mujeres fallecieron de manera violenta, tres de ellos considerados como feminicidios.
La primera víctima fue Naybel Duraima, ciudadana venezolana asesinada en el municipio de Bolívar y cuyo compañero sentimental, sindicado de ser el autor, se dio a la fuga.
El otro caso es el de Maryuri Morales, en el municipio de Andalucía, y el de Gloria Restrepo, en Tuluá; los presuntos agresores de estas mujeres quedaron a disposición de la autoridad competente.
De otro lado se estableció que uno de los municipios con más casos de violencia en contra de la poblacion lgtbi fue Buga, en donde fueron asesinadas dos chicas trans e identificadas como Luisa Ávila y Johana Bedoya y Sebastián Rincón, un joven integrante y activista de la comunidad.
Y finalmente, otro tema que generó preocupación fue el de los suicidios, pues de los 21 reportados en el año anterior, 5 corresponden a menores entre los 13 y 17 años de edad, de Tuluá, Yotoco y Sevilla.