“De allí obtienen los nombres y la empresa que representan, a la que llaman inicialmente haciendo referencia al evento promocionado para asegurarse de que están tratando con la persona que buscan y acto seguido viene la exigencia de tipo económico”, explicó uno de los investigadores.
Así mismo, se informó que estudian si las llamadas se están originando desde las cárceles del país, pues el procedimiento es muy parecido al que han practicado sujetos que están pagando sus condenas pero siguen delinquiendo desde la prisión.
Las autoridades también aseguran que por la pandemia se han aumentado las conexiones virtuales y por consiguiente el acceso a la información de comerciantes y proveedores que, a través de diferentes plataformas, entregan datos que están siendo aprovechados por los desadaptados.
Y es que en el Valle del Cauca se ha vuelto recurrente el tema de las llamadas extorsivas, delito que pese a que se presenta a diario, las autoridades afirman que gracias a que existe un acercamiento más positivo con la comunidad, a través de las diferentes campañas, visitas a establecimientos, a los barrios, se han incrementado las denuncias.
“La gente tiene menos miedo a reportar los casos, hoy en día la campaña “yo no pago, yo denuncio” ha generado cercanía”, expresa el comandante del Gaula de la Policía en el Valle, mayor José Edwin Espitia.
En el caso puntual de Tuluá, según el uniformado, hay una reducción de cerca del 30% en el índice de extorsiones en comparación con el mismo período del año anterior.