De acuerdo con testimonios no oficiales, cuando agentes del CTI llegaron al lugar para realizar el levantamiento, un fuerte aguacero dificultó la labor. Los funcionarios se habrían retirado momentáneamente y, al regresar, el cuerpo ya no estaba. Las aguas de la acequia cercana se habrían desbordado y arrastrado los restos.
La familia denuncia que no existe prueba genética alguna que confirme la identidad del cadáver, y que, al no haberse recuperado el cuerpo, tampoco es posible comprobar si se trata de Juan Mateo.
A través de redes sociales, su madre lanzó un mensaje desgarrador: “Ni yo puedo reconocer si ese cuerpo es el de mi hijo, porque no está. ¿Cómo pueden decir que es él si no lo tienen?”
La controversia pone al CTI de la Fiscalía en el centro del debate. La comunidad se pregunta por qué no se protegió la escena, por qué no se realizó el levantamiento de inmediato y cómo fue posible que un cuerpo calcinado quedara expuesto en una acequia que terminó por arrastrarlo.
Juan Mateo estaba desaparecido desde el viernes anterior al hallazgo, y su familia, además de buscar respuestas, clama por recuperar el cuerpo, si realmente es él, para darle una despedida digna.










