De acuerdo con las versiones conocidas sobre el particular, el menor identificado como Kevin Andrés García Henao aprovechó que su familia había salido y atando una soga en la viga de la vivienda puso fin a su existencia.
Al regresar, sus parientes se encontraron con la escabrosa escena y en medio de la confusión y el llanto lo bajaron con la esperanza que aún viviera pero ya era demasiado tarde, sus signos vitales no respondían.
DATO: El menor, quien se encontraba solo, habría utilizado una soga que ato a su cuello.
A esa de hora una patrulla de la Policía Nacional que pasaba por el sector fue advertida de la situación que se presentaba en el inmueble, donde el llanto desgarrado le indicaba al vecindario la ocurrencia de una tragedia.
Al ingresar al predio, los policiales vieron en el suelo el cuerpo sin vida de Kevin y un trazado alrededor de su cuello que indicaba la forma en que había terminado con sus días el joven alegre y risueño y que hacía parte de una familia integrada por seis hermanos y de los cuales él era último.
Al rendir la declaración, se estableció una línea de tiempo en la que estuvo solo y que un par de horas antes habría fallecido.
En la inspección del cadáver del joven, los investigadores hallaron una nota en la cual intentaba darle a su familia una explicación de lo ocurrido argumentando que la muerte de su abuela era algo que aún no podía superar y eso lo tenía sumido en una profunda depresión.
Al parecer la cercanía de Kevin con ella sería la razón por la cual aún estaba triste por su ausencia pero no le había indicado a nadie lo mal que lo tenía ese hecho, siempre se le veía tan contento por lo que nadie advirtió que una tragedia así se pudiera registrar.
Del joven suicida se conoció que era estudiante de la institución educativa Alfonso López Pumarejo, donde cursaba octavo grado, y allí se distinguía por ser un alumno aplicado y quienes lo conocían afirman que tenía gran talento artístico, le gustaba dibujar y pintar y cuando tenía la oportunidad aprovechaba también para pasar ratos nadando en el río, una de sus pasiones.
Sus amores eran Samuel y Sebastián, sus dos sobrinos de dos años, con quienes pasaba largos ratos, jugaba con ellos y los hacía reír. Al ser el menor de casa era como el consentido, su hermana dice que era la alegría de todos.
Lucelly, su mamá, en medio de la tristeza repite una y otra vez a las otras madres que a los hijos no se deben dejar solos tal vez como una forma de compartir con las demás su dolorosa experiencia y que sean rodeados. “De no haber estado solo mi hijo no se habría hecho daño”, señala.
Por su parte, su hermana Aleida afimó que a Kevin Andrés lo que le sobraba era amor en su humilde hogar, por lo que su muerte los llena de tristeza y desconsuelo.
Según el último infome publicado por el Instituto Nacional de Medicina Legal y ciencias forenses de enero a noviembre del año 2020 fueron en total 2.142 las personas que decidieron acabar con su vida, de los cuales 247 eran menores de edad y el rango de mayor incidencia eran los comprendidos entre los 15-17 años con un total de 146 casos.
Dicha cifra de suicidios es menor a la del año 2.019 en la que se reportaron 2.326 casos.