Según fuentes de Darcy Quinn, el ataque iba dirigido al dueño de la finca Wilson Alberto Pérez, a quien en breve tiempo se le iniciaría un proceso de extinción de dominio “porque no ha podido explicar cómo ha obtenido algunos bienes, entre esos la finca donde ocurrió la masacre”, dijo la periodista.
Según la investigación, “se trataba de un caso de cobro de cuentas o extorsión”. También se determinó que desde la casa hubo disparos y que los jóvenes fueron los primeros a los que llegaron los pistoleros porque se encontraban en la zona social.