Sin embargo, de ese gigantesco grupo de personas que está sumergido en la informalidad e incertidumbre diaria, hace parte un batallón de decenas de miles de jóvenes en nuestro país, que quieren salir adelante a como dé lugar y para ello están dispuestos a todo.
Los riesgos
En nuestra región, en el centro y norte del departamento del Valle del Cauca, no son pocos los muchachos que han tomado como alternativa para ‘salir adelante’ un empleo que, si bien con el tiempo, les puede generar jugosos dividendos económicos, también puede acabar con sus sueños de manera abrupta y violenta.
Hablamos de los cobra diario o paga diarios. Aquellos jóvenes que se aventuran en otros países en una riesgosa labor, la de cobrar carteras de dinero que ellos mismos, u otros compañeros “han regado” en una ruta determinada.
DATO: Esta modalidad de préstamos surgió en la década de los 90, en el siglo pasado, en Colombia.
A ese dinero, que pareciera brotar por ‘borbotones’, no es fácil seguirle el rastro. Pero es tal la cantidad, que ahora los ‘gota a gota’, como popularmente se denomina esta práctica en nuestro país, ha invadido, desde hace muchos años, otras naciones. Se habla de que al menos en 16 países de nuestro continente ya hay este tipo de préstamos. Por ello, el elevado número de connacionales que se aventuran a laborar en esas regiones.
“Mi hijo estaba laborando en un sitio donde venden arepas y comida rápida, sus ingresos no eran suficientes, por eso cuando un amigo le propuso irse para Guatemala, lo pensó y se decidió, tratando de forjarse un mejor porvenir para él y su pequeña hija”, nos contó la mamá de uno de los jóvenes tulueños asesinados la semana anterior en Guatemala, en lo que, al parecer, fue un intento de robo.
Varias víctimas
Así como el caso de Juan Esteban Cortés y Geovany Girón Vásquez, de 23 y 22 años de edad, respectivamente, que perecieron en el mencionado país centroamericano, son muchos los que han caído de manera violenta cumpliendo la labor de cobrar diariamente los famosos gota a gota.
Competencia
“Son muchos los factores que inciden, bandas rivales, organizaciones que no quieren que en sus territorios lleguen otras personas a devengar dinero de esa forma y los atracan y los matan, en un claro mensaje de control de la zona, ajustes de cuentas, en fin, los muchachos que se aventuran a esa labor arriesgan sus vidas por poco”, sostuvo una fuente de la Policía Nacional que prefirió mantenerse en reserva.
La otra cara
Sin embargo, hay quienes piensan que todo riesgo conlleva una recompensa. Para algunos, ni más ni menos, la suerte les ha sonreído.
Y aunque son conscientes que no es fácil, que no pueden descuidarse, sostienen que han progresado y hasta se han ‘embilletado’ cobrando y haciendo parte de un sistema que diariamente presta pequeñas cantidades de dinero en rutas de ciudades principales en países como México, Guatemala, Costa Rica, Honduras, Panamá, Paraguay, Uruguay, Brasil, Perú, Bolivia, entre muchos otros.
También mujeres
“Yo viajé a Brasil, empecé con una hermana, ella se devolvió para Colombia porque no aguantó la presión, con mayor razón tratándose de mujeres, porque aparentemente es un negocio o una actividad para hombres, porque hay que tenerlas bien puestas, pero yo las tengo grandes y muy bien puestas (…risas)”, nos dice *Tatiana, una joven mujer que ya cumplió 32 años de edad y que empezó prestando pequeñas cantidades a sus familiares en Tuluá, luego, abrieron cartera a particulares pero se les presentó la oportunidad de ir a probar suerte al gigante Suramericano y hasta el momento, la fortuna les ha sonreído.
¿Cómo operan?
Es similar a la forma como trabajan en Colombia, con la diferencia que esta labor la realizan en un país extraño. Por ejemplo, en México, en su edición digital, el diario Excélsior, publicó un informe el pasado mes de octubre, en el que describe la forma en que estos jóvenes ‘abren ruta’, para regar una cartera de préstamos, que se cobra diariamente o según se convenga con ‘el cliente’.
“Entregan sus tarjetas en pollerías, cremerías, tienditas, tortillerías, hasta en negocios de telefonía celular y otros. Solo piden una identificación oficial para corroborar el domicilio de quien pide el dinero y lo entregan en minutos”; de ahí en adelante empieza todo el proceso de cobros en el que se enrolan decenas de jóvenes.
Los montos que prestan van desde 500 pesos hasta 20 mil pesos. Corroboran el domicilio para después acudir a hacer los cobros”, detalla Excélsior en uno de sus apartes.
*El nombre y la ciudad fueron cambiados para proteger la identidad de la protagonista y su familia.