El percance fue el desenlace de un episodio que, según allegados, se originó en el Parque Boyacá. Al parecer, un altercado entre un funcionario o gestor de convivencia de la Plaza Cívica con una persona que estaba orinando, a plena luz del día, en uno de los árboles, terminó en la agresión con arma cortopunzante contra el joven contratista que debió ser trasladado de urgencia hasta una de las clínicas de la ciudad.
Rosendo, que dedicaba gran parte de su tiempo a permanecer en el edificio de la Alcaldía o en la misma Plaza Cívica Boyacá, al darse cuenta de lo sucedido, se habría desplazado en una motocicleta con rumbo al centro asistencial al que habían trasladado al herido, con tan mala fortuna que en el camino sufrió un terrible accidente, al ser estrellado por otro motociclista.
De inmediato fue llevado hasta la Clínica San Francisco, donde estuvo en delicado estado de salud, prácticamente con muerte cerebral y su infortunado deceso se produjo el pasado martes.
Rosendo Gualteros era una persona que gozaba de gran aprecio entre los habitantes no solo de La Graciela, sino también por quienes semanalmente juegan fútbol en los distintos torneos de la ciudad y por quienes frecuentan la administración municipal.
“Fue el eterno dirigente deportivo del barrio, le gustaba mucho el fútbol, entrenó y dirigió siempre equipos de hombres, también femeninos. Nosotros crecimos con él, nos entrenaba en la cancha pequeña, incluso fui su goleador, junto con Riquelme Caicedo, que jugó en Cortuluá.
Desde que tenía nueve años lo conozco, jugamos en diferentes torneos tanto locales como en otros municipios, en las épocas que se organizaban torneos interbarriales”, sostuvo el abogado William Peña Sabogal.
Rosendo era padre de un hijo, quien reside en la ciudad de Cali, y tenía cuatro hermanos, tres de ellas mujeres.