La acción tuvo como escenario el corregimiento de Zanjón Hondo, ubicado en la zona sur de esta población a un costado de la vía Panamericana en la ruta a Guacarí, Palmira y Cali.
Allí, en plena vía pública ocurrió esta macabra escena, propia de un libreto aterrador e inesperado, pero fue real y cierto, lamentablemente.
¿Qué pasó?
Esa es la pregunta que todos se hacen. Pero lo cierto es que quien propició toda esta situación ya no está en este mundo para responder por ese acto criminal que muchos calificaron como todo un despropósito, mientras que otras personas han sido más benévolas.
Aldemar Guzmán Matiz, comerciante bugueño, fue el hombre que tomó esa decisión, por una motivación que se desconoce.
La víctima fue su hijo de nueve años de edad, quien se encuentra en condición de discapacidad y hasta el cierre de esta edición, seguía en delicado estado de salud en un centro asistencial de la Sultana del Valle, hasta donde fue trasladado debido a la gravedad de la herida que le ocasionó el impacto de bala que le propinó su propio progenitor en la cabeza.
Se conoció que hace aproximadamente 10 años el señor Guzmán Matiz llegó a vivir a este corregi-miento de la zona rural plana de Buga. Sus allegados manifiestan que era muy dedicado a su hijo, que desde su nacimiento tuvo problemas de movilidad y de salud.
Hay todo tipo de conjeturas sobre una posible causa para esa cruel decisión, pero lo cierto es que la madre del niño había fallecido hace varios años por causa de una penosa enfermedad y su padre se dedicó al cuidado del pequeño.