“Como tampoco le abrían la puerta le avisó a unos vecinos, quienes se mostraron extrañados porque a esa hora el padre siempre estaba ahí disponible; se llamó a una institución educativa donde ofrece misas y avisaron que allá no estaba y tampoco había dejado las llaves en la tienda como solía hacer cuando él salía”, indicó.
Fue así como uno de los residentes tomó la decisión de ingresar a la vivienda por el techo, logrando observar al religioso amarrado de pies y cabeza y con una toalla en su rostro.
“Además el televisor, una tablet y un portátil de su propiedad ya no estaban”, señaló Vélez, quien destacó la caridad y solidaridad que permanentemente mostraba el religioso con personas en condición de calle.
“Nosotros siempre le decíamos que no dejara entrar a personas a su vivienda porque hay muchos que se pueden aprovechar de su buena fe y buen corazón”, indicó.
Las autoridades empezaron las investigaciones para determinar al autor o autores del crimen.