
Ahora, cuando las políticas universales cada vez se encaminan más hacia el respeto y protección de los animales, que además a nivel nacional están contenidas en el Código de Policía, es inadmisible que escenas como las que muestra la gráfica se sigan viviendo en la ciudad.
Si bien todo el mundo tiene derecho a conseguir su sustento a través del trabajo honesto, no hay derecho para que algunos carretilleros sobrecarguen sus vehículos y con ellos a los caballos que les sirven para la tracción, sin considerar que justamente es el animal su principal valor en esa actividad.
Pero así como es inaceptable la indolencia del carretillero, lo es también la actitud de las autoridades que permiten que este tipo de acciones se vean a diario en la ciudad, muchas veces con cargas que conducen irremediablemente a que los equinos sufran graves lesiones y, en algunos casos, hasta la muerte por incapacidad de soportar la carga.
Más acciones de las autoridades coadyuvadas por una mayor responsabilidad de los carretilleros serían muy provechosas para los indefensos animales.