Sin embargo, el tiempo sintonizó el sueño de esos amigos en un solo nombre: Morat, siendo la principal apuesta colectiva.
El mismo año de haber conformado la banda firmaron con Universal Music, la misma que ha acogido a Karol G, Selena Gómez o Justin Bieber.
Antes de tomar el nombre de Morat, eran conocidos como Malta, aunque eso no duró mucho.
Al momento de firmar con la casa disquera se dieron cuenta de que ya había una banda brasileña registrada de esa manera.
El 17 de febrero el cuarteto de amigos lanzó su primera canción, Mi nuevo vicio, junto a Paulina Rubio. Los reconocimientos comenzaron a llegar.
El disco fue el número uno en ventas digitales en España y primero en Airplay en México, así como también Disco de Platino.
Juan Pablo Isaza, Juan Pablo Villamil, Simón Vargas y Martín Vargas han marcado un estilo de música pop con el banjo, instrumento tocado por Villamil.
El banjo fue protagonista en el primer álbum: El amor y sus defectos secundarios.
Con ese álbum repitieron el éxito del primer sencillo, con el que alcanzaron el puesto uno en Colombia, México y España. Además, les abrió las puertas a más de 20 shows alrededor del mundo.
Esto les valió la nominación al Grammy Latino como Mejor artista nuevo, noticia que en ese momento los tomó por sorpresa.
A pesar de que no les gusta atribuirse el éxito, reconocen que su sello ha sido componer sus propias canciones.
Morat desde un principio ha tenido los objetivos muy claros en cuanto a su organización como banda.
“La sincronización siempre ha sido muy neural. Tenemos un interés de que le vaya bien al grupo y eso ha hecho que todos dejen de lado sus preferencias individuales.
La gran parte de las veces solemos estar de acuerdo sobre lo que queremos hacer y cuando hay una buena idea sobre la mesa todos intentamos potenciar y hacer que suceda”, asegura Juan Pablo Villamil.
A pesar de que el despegue de estos cuatro jóvenes comenzó en un punto alto, muchas veces tuvieron que escuchar esa palabra a la que se pueden enfrentar los artistas que apenas están despegando: un “no” como respuesta.
Esos obstáculos se presentaron cuando apenas escribían las canciones, pero no las interpretaban.
En los cinco años de carrera musical se destacan en su discografía colaboraciones con artistas como Álvaro Soler, Juanes, Aitana y Tiny Stoessel. Además han sido parte de la banda sonora de Once, una serie de Disney Channel.
En 2016 ganaron el reconocimiento como Artista revelación del año, en los 40 Music Awards; en esos premios también ganaron en 2017 y 2018, con Canción del año y Mejor artista o grupo latino, respectivamente.
En 2019 nuevamente fueron nominados en la categoría Mejor álbum de pop contemporáneo.
Para Juan Pablo Villamil, uno de los retos de la banda es compartir con el público año tras año, y que la gente no deje de escucharlos.
Promesa que han cumplido incluso tras la crisis sanitaria del COVID-19.
En medio de la pandemia, Morat ha seguido activo sin perder esa conexión que tanto les gusta tener con sus seguidores.
Sin embargo, por la crisis han tenido que dejar de hacer cosas, como lanzar su tercer disco este año.
Aun así, en marzo presentaron el tercer sencillo del álbum. Y en mayo salió la canción Nunca te olvidé.
“Un video como el de Nunca te olvidé era muy chévere, los fans iban a hacer el video por nosotros.
Aunque era un riesgo, todos estábamos de acuerdo, porque valía la pena.
La interacción de nuestros fans tenía que ser más valiosa, porque nos responden con cosas que valen la pena”, cuenta Juan Pablo Isaza.
La pandemia les ha hecho plantearse cómo hacer que sus trabajos tengan sentido dentro de lo que se ha estado viviendo.
“Cuando empezamos a tener ciertos rodajes, la principal preocupación era qué nos podíamos inventar para hacerle el quiebre a esta pandemia.
Debajo de la mesa, con Yatra, fue animado; luego con Aitana decidimos jugar con la estética de la pantalla verde para no tener que vernos.
Realizamos el concierto virtual, “Morat echando cuento”, que contó con la misma producción de uno presencial”, agrega la banda.
La pandemia les tocó la puerta, pues todos los integrantes se contagiaron de COVID-19.
Aunque prefieren mantener reserva de la experiencia con el virus, cuentan que los síntomas fueron leves, y que los hizo reflexionar sobre los hábitos de consumo de la sociedad y las desigualdades sociales que se han hecho evidentes durante el confinamiento.
Cada uno está explorando distintas esferas. Isaza está concentrado en la producción musical, algo que asegura le hubiera gustado empezar antes.
Villamil está realizando entrevistas a personajes de interés general. Simón se ha dedicado a la literatura.
Ya sacó un libro de cuentos, mientras Martín aprovecha para conocer en detalle los procesos de animación.
“Lo que trabajamos de forma independiente trae cosas positivas a la banda”, agrega Martín.
El cuarteto asegura que aunque quedarán proyectos para el próximo año, este aún no termina artísticamente para ellos: “Seguimos trabajando para dar a conocer Al aire, nuestro más reciente sencillo.
Estuvimos con un proyecto de Navidad junto a la Filarmónica Joven de Colombia, para el que hubo mucha preparación”.
Morat agradece a sus fans por el apoyo durante el año.
A pesar de que “nunca hemos estado tan comprometidos con las redes sociales y cuando comenzó esta pandemia nos pusimos en una búsqueda de diferentes estrategias para que la gente se sintiera más involucrada.
No queda más que decirles gracias y que nos tengan un poquito más de paciencia, porque ya vienen muchas cosas.
Apenas se puedan hacer conciertos allá nos van a tener”, concluye Simón Vargas.