Es preocupante observar cómo en varios municipios del Valle del Cauca, entre ellos Tuluá y San Pedro, se ha vuelto una costumbre por parte de los alcaldes realizar las rendiciones de cuentas de manera virtual. Si bien el uso de las plataformas digitales puede verse como una forma moderna y eficiente de comunicarse con la ciudadanía, en la práctica, esta modalidad parece estar generando aún más desconexión entre los mandatarios y la comunidad….¿O será que ese es el nuevo estilo de gobernar?
Cuando las rendiciones de cuentas eran presenciales, ya se evidenciaba una baja participación del público. Ahora, con transmisiones a través de redes sociales, la situación no ha mejorado, e incluso parece haber empeorado. Muchos ciudadanos ni siquiera se enteran de cuándo se realizan estas presentaciones, y quienes logran conectarse, a menudo se enfrentan a informes técnicos difíciles de entender, sin una pedagogía adecuada que permita interpretar los datos expuestos… ¿Cuándo se llegue la época preelectoral también irán a contactar a los votantes en forma virtual?
¿Se está realmente cumpliendo el objetivo de informar y rendir cuentas, o se está simplemente cumpliendo un requisito de forma, sin un verdadero interés por la participación ciudadana?
Los tulueños ven con preocupación que
no hay respuesta positiva a la señalización de la carrera 40.
Es necesario repensar esta práctica y encontrar maneras más inclusivas, claras y accesibles para que los ciudadanos puedan ejercer su derecho al control social. Una rendición de cuentas debe ser un espacio de diálogo y transparencia, no un trámite virtual que pasa desapercibido para la mayoría…¡Con todos estos cambios nos imaginamos que la abstención en las próximas elecciones será significativa!
La falta de acción por parte de las autoridades municipales de Toro y Obando y del departamento, frente a la situación de la barcaza ubicada sobre el río Cauca, que conecta a estos municipios, es un claro ejemplo de cómo la indiferencia institucional puede perjudicar gravemente a una comunidad….¿Por qué tanta desidia?
Desde hace varias semanas, esta barcaza, un medio de transporte fundamental para los moradores de la zona, permanece varada, dejando a cientos de usuarios sin una vía rápida y segura para cruzar el río. Esta situación afecta no solo el desplazamiento de personas, sino también el comercio local, el acceso a servicios de salud, educación y otros derechos básicos que dependen del tránsito entre ambos municipios…¿Hasta cuándo habrá que esperar para encontrar una rápida solución?
¿Qué obra se inaugurará primero: el puente de Papayal o la apertura de las calles 26 y 27 en Tuluá?
Lo más grave no es solo la falla técnica o estructural de la barcaza, sino el silencio de las autoridades. Ni los alcaldes de Toro y Obando, ni mucho menos la Gobernación del Valle del Cauca, han emitido pronunciamientos claros ni han ofrecido soluciones concretas. La comunidad, una vez más, queda relegada al olvido, enfrentando por su cuenta una problemática que debería ser atendida con urgencia…¡Para estar pendientes!
En Tuluá ya no basta con resignarse a la lentitud de las obras públicas. Ahora, la ciudadanía, siempre creativa ante la inoperancia, ha convertido los retrasos en un nuevo pasatiempo: ¡las apuestas!
Y es que no es para menos. Con los contratistas dándole los “últimos retoques” al puente de Papayal, y las eternamente prometidas aperturas de las calles 26 y 27 hacia el occidente tulueño aún en veremos, los tulueños han decidido jugarle al azar: ¿cuál se inaugurará primero?
Mientras unos le apuestan al puente, otros —más escépticos— creen que las calles ganarán, aunque sea por media nariz. Y hay quienes, con sarcasmo ya entrenado, aseguran que ninguna de las tres se pondrá al servicio de la comunidad antes de que termine el mes de mayo. Una especie de carrera sin meta, donde la única constante es la paciencia ciudadana puesta a prueba.
Lo irónico (y trágico) del asunto es que se trata de infraestructura clave para la movilidad y el desarrollo de la ciudad. Pero en lugar de ser motivo de orgullo, se convierten en una novela de capítulos eternos donde el desenlace depende, más que de la voluntad política, del azar… o de quién gane la apuesta.¿Y las autoridades? Bien, gracias…. ¡Seguramente muy ocupadas afinando discursos para cortar la cinta en una inauguración que, con suerte, se hará justo a tiempo para la foto!
El próximo sábado 3 de mayo se realizará la peregrinación de la Santa Cruz, con salida a las 2:00 p.m., desde la Esbol. Llevar ropa cómoda y paraguas.
Porque si algo no puede faltar, es el acto simbólico que les dé algo de brillo a obras que, aunque tarde, algo es algo, ¿no?..¡En Tuluá, lo único que avanza con certeza son las excusas!
El pasado Jueves Santo se reanudó la peregrinación a El Picacho, una hermosa iniciativa de Willian Peña Sabogal, acompañada por las oraciones de Orlando Rengifo Santacruz. La actividad contó con una fluida asistencia de fieles, quienes vivieron una jornada de fe, unión y reflexión.
Ahora, los organizadores están invitando a la próxima peregrinación en honor a la Santa Cruz, que se llevará a cabo el viernes 3 de mayo. El recorrido se iniciará a las 2:00 p.m. desde la Escuela de Policía Simón Bolívar, y se recomienda a los participantes llevar ropa cómoda, paraguas y tenis. Al finalizar la peregrinación, se celebrará una Santa Misa oficiada por el padre Fernando Velásquez.¡Una invitación abierta para todos los que deseen compartir esta experiencia espiritual!
Este tipo de abandono refleja una preocupante desconexión entre los gobiernos locales y las verdaderas necesidades de sus ciudadanos. ¿Dónde están los planes de contingencia? ¿Dónde está la responsabilidad de garantizar la movilidad y el bienestar de los habitantes rurales? ¿Acaso solo se actúa cuando hay cámaras o cuando el escándalo en redes sociales se vuelve viral?
La ciudadanía merece más que simples excusas o el silencio cómplice de quienes fueron elegidos para representar sus intereses. Es momento de que los mandatarios dejen de gobernar desde la comodidad de un escritorio y salgan a enfrentar la realidad de sus territorios. La barcaza detenida no es solo un símbolo de un servicio interrumpido, sino de una administración ausente…¡No los dejemos solos!