Ahora que me encuentro en la etapa del adulto mayor, o sea, en el medio del séptimo escalón, rumbo al octavo, no podría votar por un candidato a la presidencia como Alejandro Gaviria, ya que es enemigo de la vida, según se desprende de diferentes afirmaciones adelantadas durante su paso por el ministerio de Salud.
Veamos: “El riesgo de envejecimiento es la principal amenaza para la sostenibilidad”.
“La gente está viviendo tres veces más de lo esperado con consecuencias fiscales desastrosas”.
“El riesgo de envejecimiento no solo constituye una amenaza para la sostenibilidad de los sistemas de pensiones también afecta la sostenibilidad de los sistemas de salud”.
“La generación que causó la crisis tendrá que asumir el costo de su resolución” “…El uso de recurso públicos debería prohibirse explícitamente. Por ejemplo, medicamentos oncológicos muy costosos que, en promedio, apenas prolongan la vida de los enfermos de cáncer por unos pocos años deberían excluirse de manera definitiva”. “Las personas, digamos, de ochenta o más años deberían vivir por su cuenta”. Extractos de su columna publicada en abril 15 de 2012.
De otro lado, es un ateo confeso, defensor del aborto y la eutanasia, así que para mí, que soy católico, me queda imposible dar un solo voto por el candidato académico.
Me impresiona la cantidad de precandidatos a la presidencia de la república, lo que indica que la ambición del poder no termina nunca y por más que el país se encuentre en la olla, el querer ocupar el primer cargo de la Nación, es una meta ansiada por muchos de los políticos de turno y también de los que nunca han hecho fila, pero que sorprenden de un momento a otro. No cabe la menor duda de que continuará la pelea entre los dos extremos, de izquierda y de derecha, y la lucha de quienes pretenden caminar por el centro. Creo que nos espera otra sorpresa más, y es el candidato oficial de los que integran la primera línea, porque si entiendo muy bien sus propósitos, ningún candidato del “establecimiento” encaja en sus ideales de cambio estructural, novedoso y radical. Me impresiona igualmente, los discursos de los aspirantes, porque no tienen absolutamente nada de nuevo, se basan en promesas y promesas, que tampoco podrán cumplir, mientras los problemas crecen y se agigantan cada día, sin que aparezca un estadista, líder de verdad y con señales de cambio total.