Mirian Liliana Arboleda Arboleda, hermana del joven, madre cabeza de hogar y quien se gana la vida como estilista en el barrio Samán del Norte, en su relato a EL TABLOIDE manifestó que cuando José Valerio se alistó en las fuerzas militares estaba sano, con la vitalidad de un chico de 20 años, lleno de sueños e ilusiones y que de eso solo quedan los recuerdos, pues hoy pasa sus días entre los delirios de persecución o los silencios profundos inducidos por los fármacos que le suministran para mantenerlo controlado.
Comenzó el drama
De acuerdo con lo indicado por Mirian, cuando su hermano llegó a los 10 meses de vida militar, recibieron la llamada del batallón en la que se les informó que deberían ir por él, pues se había puesto mal y que estaba “raro”, pero nunca se les dijo que presentaba desordenes mentales severos.
“Mientras estuvo como soldado activo nos prestaron el servicio médico, pero el drama empezó cuando ya el contingente fue dado de baja, pues automáticamente el sistema lo desafilió dejándolo abandonado y a su suerte”, comenta la mujer que junto a su familia vive días difíciles.
DATO: La familia del joven está recurriendo a la solidaridad para pagar la realización de un examen.
Para mantenerlo bajo control le deben suministrar dos medicamentos que demanda una inversión de 100 mil pesos semanales, dinero que deben rebuscarse entre todos los familiares.
“Esa es una lucha que estamos dando solos, pues el Ejército Nacional nos abandonó, nos niegan el servicio médico y por ende las medicinas ya no son suficientes pues mi hermano necesita otro tipo de tratamiento”, indicó la mujer que clama por el apoyo ciudadano.
En los estrados judiciales
Al conocer la situación de esta familia, el abogado tulueño Rubén Dario Hernández, uno de los que más conoce del tema en la región como quiera que ha defendido a otros miembros de la policía y el ejército, decidió acompañarlos jurídicamente e instauró una acción de tutela que fue fallada en primera y segunda instancia a favor de José Valerio, pero cuyos efectos hasta ahora no se surten, a tal punto que pronto se fallará un incidente de desacato que cobija al Director Nacional de Sanidad y a los funcionarios que lo representan, por prestar oídos sordos al militar y su familia.
“Como abogado me entristece que los funcionarios al servicio del Estado le hagan el quite a las disposiciones de los jueces con argumentos tan simples como el afirmar que mi apoderado no está en la base de datos del sistema de salud y por eso no recibe atención, a pesar que el fallo de tutela ordena que se le preste un servicio de salud integral a José Valerio hasta que se defina su situación médica”, expresó el abogado.
Decisión de la junta médica
Ante las acciones impetradas por el jurista, la Junta Médica, organismo integrado por especialistas de la entidad castrense, conoció el caso y tras evaluar lo aportado por las partes le dieron una calificación de 13 puntos, dictaminando que si bien es cierto, no es apto para estar en las filas si lo puede hacer en la fuerza laboral bajo los estandares de normalidad.
“Eso es algo que para mí como abogado y para la familia resulta inconcebible, pues no se entiende cómo alguien con el cuadro médico que presenta este joven humilde integrante de una familia campesina se le de una calificación que lo ubica en el rango de una persona normal, desconociendo la gravedad de la situación”, dijo Hernández a EL TABLOIDE.
Ante la determinación tomada por la Junta Médica, tanto la familia como el abogado que les asiste han decidido apelarla pero para ello deben pagar un examen con un especialista, dinero que no poseen, razón por la cual se requiere del apoyo de la ciudadanía tulueña.
“Quien me desee apoyar se puede comunicar conmigo al 3147572288 y Dios lo sabrá recompensar”, afirma Miriam Arboleda.