Tuluá se aprestaba para celebrar la feria número 20, y en esta ocasión la reina del evento era Martha Lucía Echeverry Trujillo, la primera y única tulueña que ha sido Señorita Colombia. Los tulueños se sentían orgullosos de su reina y las directivas feriales, encabezadas por Joselito González Narváez, se preparaban para una celebración por lo alto.
En medio de todas estas circunstancias políticas y sociales, un grupo de amigos, alentados por José W. Espejo Rodríguez, iban alimentando una idea que se había gestado meses atrás: fundar un periódico para la ciudad y la región.
“Todo nació en una reunión de José con varios amigos, entre quienes recuerdo a Gonzalo Espinosa, Néstor Grajales y Rubén González. Ese día José les habló de una idea de hacer un periódico que hablara de Tuluá y la región y ellos lo animaron a que lo hiciera” rememora Nilsa López de Espejo, quien se ha encargado de continuar el legado que dejó el fundador.
Agrega que si bien la idea se consolidó en esa última reunión, el proceso preparatorio llevaba varios meses y ello comprendía la elaboración del material que llevaría esa primera edición, la consecución de los avisos publicitarios mediante los cuales se financiara el proyecto y el personal periodístico que lo acompañaría en la odisea.
Primeros anunciantes
“José fue siempre un soñador, él pensaba que todos le iban a apoyar y no fue así, la primera edición salió bien financiada porque los avisos eran muy baratos, se pagaban a quinientos pesos, pero la lucha apenas estaba comenzando” sigue recordando la gerente de EL TABLOIDE.
Algunos de los establecimientos comerciales que salieron en la edición No. 1 fueron Almacén Mío, Bolipan, Almacén Singer, la Casa del Radio, Droguería la Paz, Viajes Helitur, Coprocenva, Almacén el Vidriero, Librería Claridad, Almacén Valher, Funeraria San Martín y Taller el Ciclón.
Conseguidos los avisos, había que pensar también en el material periodístico y nada mejor que hablar sobre la Feria de Tuluá, las reinas invitadas, las razas ganaderas, los ejemplares equinos pero en especial se debía hacer énfasis en la Señorita Colombia elegida el año anterior en Cartagena, Martha Lucía Echeverry Trujillo.
“El periodista estrella de la época era Fernán Muñoz Jiménez y desde luego fue al primero que llamó José para que hiciera la redacción de todo el material que se necesitaba para llenar las 16 páginas que tuvo esa primera edición que salió para todos los tulueños el 19 de julio de 1975” agrega Nilsa de Espejo, quien también recuerda que no había sede, pues el único proceso que se adelantaba en Tuluá era el periodístico.
Desde esa primera edición, ya se mostraba los lineamientos que iba a tener el periódico emblema de los centrovallecaucanos, ser vocero de las comunidades de la región en ese entonces, como ahora, tan olvidadas por los gobernantes de turno.
Ya se tenía el material, los periodistas y la financiación, ahora faltaba dónde se levantarían los textos, dónde se haría la fotomecáncia y la impresión final.
Después de realizar varias cotizaciones en algunas rotativas de Cali, la escogida fue la del diario Occidente, dirigido en ese entonces por Álvaro H. Caicedo.
Esperado nacimiento
“En Occidente se enamoraron del proyecto de un periódico de Tuluá y aunque lo veían pequeñito, allá nos ayudaron mucho regalándonos por ejemplo la separación de color, que en ese momento valía mucha plata, de la foto de primera página, la foto con la corona de Martha Lucía Echeverry” sigue recordando Nilsa López de Espejo mientras revisa el único ejemplar que queda de esa primera edición.
Agrega que esa primera edición, de 500 ejemplares, valió alrededor de diez mil pesos que se consiguieron con publicidad pero no alcanzó para nada más, ni siquiera para pagarles algo a las personas que colaboraron en su elaboración.
Un recuerdo imborrable de su memoria es indudablemente aquella mañana cuando tuvieron en sus manos aquella primera edición, ver por fin la materialización de ese sueño acariciado por varios meses y motivo de muchos desvelos.
Pero venía enseguida una nueva misión tan difícil como la anterior, poner el periódico a circular, hacer que los tulueños lo leyeran y se empoderaran de ese medio que, con mucho esfuerzo, por fin había visto la luz.
“José se iba de almacén en almacén por la calle Sarmiento y lo dejaba en los mostradores para que lo tomaran porque era gratuito. Ese fue un trabajo que muy pocos conocieron pero que marcó el paso inicial para darlo a conocer” afirma la gerente.
Las ediciones siguientes fueron llegando con las afugias propias de una empresa naciente, sin estructura ni organización pero que se caracterizaba por la pasión que el fundador le ponía al trabajo.
En esos momentos los esposos Espejo López eran distribuidores de todos los periódicos nacionales y regionales como El Tiempo, El Espectador, El Espacio, El Caleño y Occidente, entre otros, trabajo que terminaron descuidando para atender el hijo propio, lo que les generó no uno ni dos sino muchos problemas conyugales.
Un vocero regional
Con el paso de los días también empezaron a tocar puertas algunos periodistas que querían aparecer con sus escritos en el nuevo medio, entre quienes se destacan Luis Eduardo Cardozo, Eugenio Lucas Mancera y Carlos Clímaco Bueno con el apoyo gráfico de Julio Díaz, Marné Roldán y Ciro González.
Las primeras ediciones contenían material cargado de denuncias ciudadanas, con lo que EL TABLOIDE poco a poco fue llenando ese vacío informativo que tenían los tulueños pero también los centrovallecaucanos al empezar a asomarse muy tímidamente al comienzo a localidades vecinas como Andalucía, Bugalagrande y Buga.
Solo hasta 1980, cinco años después de circular unas veces quincenalmente y otras cada mes, empezaron a verse en sus páginas centrales algunas informaciones escuetas de tipo judicial, lo que llamó la atención de los lectores.
“El primero en trabajar las judiciales de EL TABLOIDE de manera ordenada fue Fernando Pinzón, un excelente periodista que nos acompañó varios años y dejó consolidado este espacio que con el paso de los años se ha vuelto modelo de otros medios de comunicación” precisa Nilsa de Espejo.
Llega la tecnología
A lo largo de esos primeros años de lucha, han sido muchos los periodistas que han pasado por la redacción, siendo algunos de ellos Gunnar Sanín, Fernando Hernández, Alberto Pérez López, José R. Figueroa, Néstor Gartner, Sergio Ramírez y Julio Morhales, quienes dejaron su impronta en el semanario.
El momento más difícil de EL TABLOIDE fue sin duda la muerte de José Espejo el 10 de diciembre de 1989, lo que permitió que muchos pensaran que los 14 años de lucha suya habían quedado truncados allí.
“A pesar de mi dolor, yo sentí que no podía dejar morir el sueño de José y, rodeada por Darlay, José Alexánder y Anaholena, nuestros tres hijos, tomamos su bandera y seguimos el camino que él nos había trazado con su tesón y persistencia” recalca su viuda en medio del dolor que aún le causa aquel hecho.
Fueron justamente sus hijos quienes, hechos profesionales, supieron visionar el arribo de la tecnología hacia el año 2000 y, haciendo uso de importantes recursos económicos, dotaron la empresa de todos los elementos técnicos y tecnológicos, lo que permitió un salto fundamental para ponerse a tono con las grandes empresas cuyo desarrollo se apuntala en este avance de la ciencia.