Su llegada al Parma de Italia en el verano de 1992 no solo representó un importante paso en su carrera profesional, sino que también marcó el inicio de una era inolvidable para el club italiano.
Proveniente del Atlético Nacional de Medellín, y con apenas 23 años, el delantero tulueño fue adquirido por el Parma por una cifra cercana a los dos millones de euros, una inversión significativa en aquella época. La transferencia generó grandes expectativas, tanto en Colombia como en Europa, y no tardó en demostrar que valía cada centavo. En total, disputó 150 partidos oficiales con la camiseta gialloblù y anotó 43 goles.
Pero el legado del “Tino” va más allá de los trofeos. Su carisma, sus celebraciones extravagantes y su forma desinhibida de vivir la vida lo convirtieron en un personaje entrañable para la afición italiana. Fue protagonista constante en la prensa, no solo por sus actuaciones en la cancha, sino también por su personalidad espontánea y su capacidad para romper esquemas dentro y fuera del terreno de juego.
Tras su paso por el Newcastle United en Inglaterra, Asprilla regresó brevemente al Parma entre 1998 y 1999, reafirmando su conexión emocional con la institución.
Hoy, a más de tres décadas de su desembarco en el fútbol italiano, el nombre de Faustino Asprilla sigue siendo sinónimo de talento, irreverencia y pasión por el juego.