En estos días se habla de reforma tributaria, o reforma social como la ha denominado el actual gobierno. Con esta medida se pretende impulsar las políticas de desarrollo, tendientes a procurar la vida buena de los colombianos. Sin embargo, preocupa que el precio de algunos productos básicos como el café, la sal, el chocolate… pueda ser incrementado de manera significativa. De igual manera, llama la atención la iniciativa de requerir la presentación de la declaración de renta a partir de un ingreso mensual de $2.500.000.oo. Un funcionario anotaba que así se empezaría a inculcar la cultura de la tributación. Una primera lectura de esta afirmación parece atractiva, pero una lectura profunda, implica que una persona que devengue el mencionado monto y que tenga una familia a su cargo, tendría una preocupación adicional, causada por esta nueva obligación. Resultaría más productivo ofrecer a la población con bajos ingresos, alternativas para mejorar sus precarias finanzas. Por ejemplo, se podría bajar el porcentaje de aportes a salud y pensión o impulsar proyectos de horas extras remuneradas. Esto motivaría a dicha población a incursionar en la cultura de una distribución más equitativa de la riqueza. De igual modo, se contempla la propuesta de gravar las mesadas pensionales a partir de $7.000.000.oo. Esto inquieta, puesto que existen hogares que dependen de la mesada de uno de sus padres para subsistir, debido a la falta de empleo para los jóvenes. Además, los pensionados tributaron durante varios lustros para su retiro remunerado. Si en todo caso se debe implementar esta medida, sería bueno gravar solo las super mesadas, que en algunos casos, presuntamente fueron “legalizadas” por el “cartel de las pensiones”, según informaron los medios en su momento. Un punto adicional: a muchos pensionados que tenían derecho a una mesada equivalente al 75% de todos los factores salariales (régimen de transición), se les negó este derecho adquirido, pero ahora se los incluye en el mismo grupo de los llamados a pagar impuesto. Sería justo entonces, eximir de dicho impuesto a quienes se les desconoció dicho régimen. Justo sería también congelar algunos impuestos, como lo han hecho algunos mandatarios locales; esto compensaría la pérdida de empleos y cierre de negocios que ha ocasionado la presente pandemia.