El Jardín Botánico “Juan María Céspedes”, situado en el corregimiento de Mateguadua, a 7 kms de la cabecera municipal de Tuluá, fue iniciativa del doctor Germán Cardona Cruz, gracias a su amistad con eminentes científicos de la botánica, como el doctor Paul C.
Mangelsdorf, del Institute for Research in Experimental and Aplied Botany, de la Universidad de Harvard, del protagonista del “Río”, el célebre libro de Wade Davis, el botánico Richard R.
Schultes que se encontraba entonces en Colombia, del doctor Thomas H, Goodspeed de la Universidad de California, del doctor E. Werdermann del Jardín Botánico de Berlín y del doctor Enrique Pérez Arbeláez, quien presentó 24 puntos con directrices sobre las etapas a seguir. El alcalde del momento, capitán Ramón Mancera Ayala, mediante decreto 36 de febrero de 1951 nombró una Junta Administrativa que quedó facultada para buscar el predio donde funcionaría el Jardín, por los lados de Estambul, vía al corregimiento de La Marina, por indicación del doctor Pérez Arbeláez.
Pero solo hasta 1966 por la Asamblea del Valle se hizo efectiva, mediante ordenanza, la idea de crear dicha institución y entre 1968 y 1970 se adquirieron las 154 hectáreas, en su actual ubicación de Mateguadua, y nombra como su director al doctor Victor Manuel Patiño.
Hoy, este importante espacio de estudio y divulgación científica, que además podría ser un riquísimo lugar de turismo ecológico, se encuentra en estado de ruina un patrimonio trabajado durante 45 años, como son sus colecciones de bambusoideas, de palmas, de heliconias, de Jacarandas, de Bombacaseas, de Zamias y Cycas y de Araceaes, más su Museo etnobotánico, por la negligencia y la corrupción imperante en el INCIVA, entidad departamental a la que pertenece y por la desidia y la incapacidad de una dirigencia ciega a la riqueza y a las necesidades reales del municipio.