A los 23 años, Carlos Mario se encontraba atrapado entre los vicios, la vida en las barras del fútbol y un empleo modesto en una pizzería. Su vida cambió cuando, en un intento de aprobar una asignatura de atletismo en la universidad, participó en una competencia de cross. Para sorpresa de todos, no solo aprobó, sino que ganó la prueba y descubrió su verdadera pasión y talento para correr.
“Al principio no quería entrenar, pero cuando vi lo que podía ganar en una carrera, me di cuenta de que el atletismo era mi camino”, dice Patiño, quien comenzó a entrenar seriamente para convertir el deporte en su forma de vida.
Con solo cuatro años de entrenamiento formal, Carlos Mario se coronó campeón nacional universitario de los 10.000 metros planos y subcampeón en los 5.000 metros. Sin embargo, fue en 2023 cuando su nombre alcanzó verdadera notoriedad a nivel nacional, destacándose en varias competiciones importantes. Entre sus logros se cuentan su sexto lugar en la Maratón de Lima, Perú, y su segundo lugar en la Maratón de Medellín, con tan solo una semana de diferencia. Además, ganó la Media Maratón de Manizales y se coló entre los tres mejores en la de Cúcuta.
Un cambio radical de vida
El camino de Carlos Mario no fue fácil. Su pasión por el fútbol y su afiliación a la barra del Once Caldas lo llevaron por un camino oscuro lleno de vicios, pero fue el amor por su novia, integrante de la barra rival, lo que lo motivó a alejarse de las malas compañías. “La decisión de alejarnos de los vicios fue mutua, y eso cambió mi vida por completo”, cuenta el atleta.
Su nuevo estilo de vida, lleno de disciplina y enfoque, lo llevó a dejar atrás la vida de barra y a centrarse en su carrera deportiva. Hoy, con 27 años, se ha convertido en un ejemplo de superación para jóvenes atletas y para aquellos que luchan por dejar atrás viejas costumbres y enfocarse en un futuro mejor.
El día a día de un atleta de alto rendimiento
El entrenamiento de Carlos Mario es riguroso. Se levanta a las 4:30 a.m. para trabajar con otros atletas que entrena en el Estadio Palogrande, luego dedica varias horas a su propio entrenamiento. “El objetivo es sumar kilómetros para mejorar mi fondo y resistencia, que es la base de mi preparación”, explica. Cada día, Patiño recorre entre 30 y 38 kilómetros, según la intensidad de su sesión.
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La disciplina también se refleja en su dieta. Carlos Mario evita las gaseosas, los dulces y las grasas, aunque asegura que come en grandes cantidades para mantenerse en forma y tener energía para los entrenamientos y competiciones.
Un futuro brillante
A pesar de sus éxitos, Carlos Mario no deja de soñar con más logros. Además de su carrera como atleta, tiene la tarea pendiente de terminar su carrera de Educación Física, que está cerca de concluir, pero que ha tenido que poner en pausa por su apretada agenda de entrenamientos y competiciones.
Hoy, Patiño es considerado uno de los cinco mejores corredores de calle de Colombia, y su historia de superación inspira a miles de jóvenes que sueñan con hacer del deporte su medio de vida. “Correr se convirtió en mi pasión y mi sustento. Mi sueño es seguir creciendo, competir en el extranjero y poner a Colombia en lo más alto”, concluye ‘La Potra’, quien tiene claro que lo mejor aún está por venir.