La situación que se presentó a inicios de semana causó conmoción entre los habitantes del barrio Popular, quienes pidieron mayor control por parte de las autoridades de policía.
Según trascendió en días pasados, personas al parecer con problemas de consumo de drogas hurtaron la base de una lámpara, pero en el más reciente hecho ya atentaron contra Jesús Eucaristía lo que se convierte en un sacrilegio.
Ante esta situación el obispo de la diócesis de Buga, Roberto Ospina Leóngomez, ordenó el cierre hasta el miércoles en la tarde cuando celebró la eucaristía de de-sagravio.
El prelado lamentó que situaciones como estas se presenten en una comunidad tan creyente como la que se congrega en este templo, uno de los más importantes de Tuluá.