Afortunadamente, no hubo que lamentar ninguna desgracia personal porque en ese momento no había ninguna persona sentada bajo la sombra del gigante verde.
“He tenido suerte, cuatro o cinco minutos antes estaba sentado ahí cerca a donde cayó la rama” dijo un hombre de aspecto indigente que frecuenta el lugar.
La rama, caída es de grandes dimensiones, y los ciudadanos que se pusieron en contacto con EL TABLOIDE admitieron que temían se cayera otra.
El mal mantenimiento provoca que poco a poco se vayan perdiendo árboles, reiteran vecinos del sector, quienes apenas se reponen del susto que les provocó la caída de la rama, a la vez que temen por el resto del árbol, a consecuencia del desequilibrio que se generó por lo que solicitaron presencia de los funcionarios de la Sedama.