La decisión del clérigo suscitó un acalorado debate avivado en las redes sociales por quienes consideraron la caída de la especie frutal como un daño ambiental.
Cumpliendo con lo ordenado por la resolución, el religioso con el apoyo de los integrantes de la comunidad católica de la Urbanización La Paz, precedió a la siembra de seis árboles de diferentes especies, proceso que contó con el apoyo de conocedores del tema ambiental.
Según se conoció, Planeación Municipal de Tuluá ya expidió la licencia respectiva para la construcción del nuevo templo, proyectado desde que se conformó y consolidó la urbanización La Paz.