La fotografía enviada a la redacción de EL TABLOIDE por los vecinos que habitan en la calle Calle 30 con carrera 27, zona céntrica de Tuluá, es otra prueba fehaciente de la incultura que acompaña a los conductores de todo tipo de vehículos que se parquean donde quieren y, como en este caso, descargan donde se les viene en gana y poco les importa el malestar que puedan generarle al vecindario.
Lo que más llama la atención es que en ocasiones, esta práctica se presenta ante las autoridades de movilidad y ni se inmutan. ¿Quién le pone el cascabel al gato?