Sebastián, quien estudió en la escuela María Luisa de la Espada y actualmente se dedicaba a efectuar masajes corporales, creció en una familia numerosa de seis hermanos, uno de los cuales lo recuerda por su alegría, porque según asegura, reía por todo.
Así mismo se dijo que tenía muy buena relación con su mamá y en la actualidad residía en el barrio San Marino, lugar donde se cumplió su velación.
Este crimen ocurrió dos días antes de la realización de la octava semana de la diversidad sexual que se llevó a cabo en este municipio del 14 al 18 de diciembre bajo el lema: “las diferencias nos enriquecen, el respeto nos une”.