Vamos a tener la inmensa oportunidad de mostrar ante el mundo nuestra riqueza biodiversa nunca antes evidenciada y convertir esta fortaleza en el máximo impulso para que todos los países que nos visitan unan esfuerzos en la defensa de la naturaleza, que, como todos sabemos, se encuentra en el peor declive de los últimos tiempos.
Será la capital del Valle del Cauca, la sede de este evento de carácter internacional, COP16, (Conferencia de las Partes del Convenio de Biodiversidad) en donde se evaluarán las medidas tomadas en las anteriores reuniones en la lucha contra el cambio climático que compete al mundo entero.
Es una magnífica ocasión para pensar y unir esfuerzos en torno a uno de los temas más importantes de los últimos tiempos, ya que se encuentra en juego, la propia existencia y es urgente detener el deterioro ambiental que lentamente asfixia la tierra, los animales y los hombres.
La belleza y exuberante biodiversidad del Pacífico, a pesar de la mano implacable de muchos depredadores, se mantiene firme e incólume, con sus ríos, fauna y flora que se defienden en una batalla de nunca acabar, hasta que no se tome plena conciencia de que está en peligro y es preciso hacer un alto en el camino para darnos cuenta del mal cometido a lo largo de los siglos y tomar decisiones que devuelvan a la tierra, por lo menos, parte de lo ya aniquilado.
El turismo vallecaucano tiene aquí la gigantesca oportunidad de crecimiento y demostrar toda esa riqueza a los representantes de más de 200 naciones que nos visitarán y muy seguramente estarán asombrados ante el país geográfico de nuestro territorio regional.
No es nada fácil, el reto que se aproxima, los ojos del mundo puestos en Cali y el Valle del Cauca, de tal manera que serán los sectores público y privado, los llamados a dar una respuesta satisfactoria y es el momento ideal para que todos los alcaldes de los 42 municipios piensen en común y en un solo sentido hacia la búsqueda de soluciones a la problemática ambiental que pesa sobre sus hombros.
El Valle del Cauca, en cada uno de sus municipios, tiene mucho que mostrar, folclor, cultura, deportes, sus fabulosas y sabrosísimas comidas típicas, lagos y la verde agricultura sostenible que se comienza a demostrar en los últimos años.
Y este año le vamos a sumar el Campeonato Mundial de Fútbol Sub-20 Femenino, que se convierte igualmente en un evento singular, para ofrecer a los visitantes el ímpetu juvenil y deportivo de la juventud vallecaucana y recuperar para Cali ese bello título de “capital deportiva de Colombia”.
Qué gran alegría y ocasión para compartir todas esas fiestas campesinas que se avecinan, volver a creer con toda el alma, en el trabajo conjunto y en paz, en restaurar la calma, en mirar alrededor y descubrir que todos tenemos objetivos comunes que invitan a unir los corazones, no a la división ni mucho menos a la violencia.
Es uno de los mejores momentos que se nos presentan para decir al mundo que vivimos en el “mejor rinconcito de la tierra” y no volver la vista atrás, sino mirar con fe y esperanza el futuro de las generaciones venideras.