La lente de EL TABLOIDE evidenció esta semana una escena que pone de manifiesto el grave estado de contaminación que afronta el río Tuluá a su paso por el casco urbano.
La gráfica que acomopaña esta nota, muestra como uno de los llamados recuperadores ambientales usa el lecho del río para quemar una gran cantidad de llantas con el propósito de extraer de ellas alambre.
Además del daño que se le ocasiona al cauce, pues la quema acaba con algunas especies propias del afluente, también genera contaminación ambiental por la cantidad de humo que se desprende de la fogata y que cubre el sector.
Si bien es cierto la quema la hace en una zona que hoy está seca, los residuos sí van a parar a las pocas aguas que por estos días lleva el afluente incremen-tando de esa manera el impacto ambiental.
En diálogo con EL TABLOIDE algunos ciudadanos denunciaron que la contaminación no es nueva y que esa práctica y la de clasificar los desechos en el lecho se ha vuelto una acción diaria y ninguna autoridad reacciona.
“Lo más curioso es que al momento de hacer las quemas pasan por acá uniformados de la Policía y hasta funcionarios de la alcaldía municipal y poco les importa.
Qué hacer con el río
Consultados sobre la situación que afronta el río Tuluá desde hace varios años, algunos expertos recomiendan soluciones que incluyan sistemas productivos, con capacitación para los recuperadores y para el ciudadano del común que sigue sin hacer una correcta disposición de los desechos.
“No podemos definir en un solo término, es difícil. Nos ha agarrado terreno la problemática ambiental del río en toda Colombia. Hoy le toca al Estado, a partir de las instituciones, hacer algo muy complejo”, precisó el biólogo Carlos Gómez.
Indicó además que mientras se hace lo de fondo, es necesario con la autorización de la autoridad ambiental trabajar en una campaña de ornato aprovechando ahora que se desarrollan las labores de descolmatación.
“Es fundamental que empresas como Veolia inviertan en campañas de reciclaje, empezando por la escuela, involucrando a las Juntas de Acción Comunal y organizaciones ambientales para evitar por ejemplo que las llantas de los carros terminen en una hoguera dentro del río”, puntualizó.