Al parecer, los dos agujeros que límitan la movilidad aparecieron tras el hurto de las tapas de registros de servicios públicos y redes de telecomunicaciones.
Los huecos sin ningún tipo de señal preventiva han terminado convertidos en foco de desechos que la gente arroja sin consideración alguna.
Es una tarea para el recientemente creado Comité de Norma Urbana que bien podría establecer situaciones similares en otros sectores de la zona urbana de Tuluá. Ahí quedan dos en agenda de trabajo.