La gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, se reunió con el ministro de Transporte, William Camargo, a quien le planteó entre otros temas, revivir el Tren Turístico del Valle, para mejorar la conectividad y la movilidad de los vallecaucanos, además de darle un impulso al turismo y a la competitividad del departamento.
“El Tren Turístico del Valle es un proyecto muy bueno que queremos comenzar, tenemos que ver claramente qué es lo que vamos a hacer con los coches y las locomotoras, porque el 15 de febrero los entregará la concesión. La idea es que lo hagamos de Palmira a Buga, inicialmente”, precisó la Gobernadora, Dilian Francisca Toro, durante el encuentro con el ministro de Transporte.
Para poder avanzar en la consolidación de este ambicioso proyecto, el Gobierno del Valle y la Agencia Nacional de Infraestructura iniciaron un recorrido por la línea férrea del departamento.
“La gobernadora tiene un gran sueño de rehabilitar y poner en operación un tren turístico. Hemos hecho una visita donde se ha identificado que podemos tener un primer tramo entre Palmira y Buga, y estamos analizando lo pertinente en el tramo entre Cali y Palmira, que permita generar unas condiciones importantes en la industria ferroviaria para la región pacífica y el desarrollo del turismo”, explicó el secretario de Infraestructura, Frank Ramírez.
Por su parte, el ministro de Transporte, William Camargo, dio un respaldo a este proyecto. “Desde el Ministerio acompañamos iniciativas para que con la red que tenemos podamos operar trenes turísticos.
Ya hicimos un primer piloto y lo vamos a extrapolar al Valle del Cauca y a los departamentos que tengan infraestructura que podamos operar, en este momento, estamos recuperando los activos de la liquidación de la concesión del Pacífico para poder trabajar con este componente de transporte de larga distancia”, explicó.
Un sueño que dejó de funcionar hace 12 años
Como se recordará, el tren dejó de funcionar en julio del 2012 luego de ocho años debido a que la empresa que lo operaba entró en crisis financiera y no hubo recursos para mantener la operación ni el pago de una nómina de veinte empleados.
El tren realizaba recorridos principalmente durante los fines de semana entre Cali y La Cumbre, lo mismo que a Buga y La Tebaida. Desde entonces los vagones quedaron a la intemperie, varios de los cuales fueron desvalijados, en la vieja Estación del Ferrocarril en Cali.
El costo, extraoficialmente de los equipos que estuvieron en abandono para esa época, pudo ascender a los $1000 millones.