De acuerdo con lo explicado por la vocera, la situación es preocupante de cara al año lectivo que se avecina, pues para que este empiece, necesariamente debe darse el pago de las obligaciones contraídas por los padres de familia.
DATO: A la fecha no hay una cifra certera sobre la deuda que los padres de familia tienen con los colegios privados.
“La verdad es que los propietarios de los colegios privados en Tuluá han hecho un esfuerzo mayúsculo para mantener las puertas abiertas, pero no ha sido fácil pues para responder a los compromisos hubo que hacer inversiones y modificar una serie de situaciones operacionales sin importar que los padres o acudientes no estuvieran cumpliendo con los compromisos”, explicó Ballesteros Rave, quien de paso llamó la atención del Gobierno Nacional para que flexibilice los mecanismos de ayuda y poder acceder a ellos, tanto por los colegios como por los padres de familia.
Frente a ese tema la dirigente educativa señaló que el Gobierno Nacional lanzó los llamados “salva vidas”, pero en el caso de los recursos puestos en ICETEX para que los papás o acudientes accedieran a ellos y de esa forma cumplir con el pago de las pensiones, resultó casi que imposible y en el caso de Tuluá una mínima parte pudo aprovecharlos.
“En el caso de los colegios, la primera talanquera para obtener la ayuda del gobierno del presidente Duque fue el del registro mercantil, pues nosotros somo centros de formación educativa que nos registramos ante la Secretaría de Educación y no ante Cámara de Comercio”, indico la representante de este gremio que espera para el 2021 un verdadero plan de ayuda y evitar de esta manera que se vayan a presentar cierres de los establecimientos.
“Durante la pandemia nosotros asumimos la responsabilidad de mantener las puertas abiertas, algunos accedieron a créditos, otros cedieron o vendieron, pero ninguno cerró porque nuestro compromiso con una educación de calidad es inquebrantable”, sostuvo la licenciada Ballesteros Rave.
En medio de la crisis la representante de Acoptu destaca el alto nivel de conectividad que estuvo por encima del 90% de estudiantes participando en las clases, la baja deserción escolar y el compromiso de los docentes en el proceso formativo.