En el momento coyuntural que vive la Villa de Céspedes, el escritor Gustavo Álvarez Gardeazábal presenta una nueva edición de las Guerras de Tuluá, un libro que recorre en diferentes momentos el conflicto social que ha acompañado a los nacidos en esta tierra y que no es distinta a la que viven las diferentes regiones del país.
Desde la portada, recreada con la sencillez pictórica del artista Alfredo Saldarriaga hasta el epílogo, el libro es una invitación a adentrarse en el corazón del conflicto que por décadas ha acompañado a los tulueños.
Una visión de la obra y su estilo
Casa Tomada, portal literario al reseñar la obra que tuvo su primera edición en 2023, destaca que la virtud del escritor Gustavo Álvarez Gardeazábal es que su obra retrata a una comarca, la suya. Sus novelas y cuentos, o los relatos, como en esta ocasión, describen siempre a personajes que estuvieron cerca de las emociones de la gente del pueblo por el que ha terminado él identificándose en el país.
Tuluá es, otra vez, el referente de su nuevo libro; bien contado, amplio como un abanico, con el ADN violento de sus hombres. Sin embargo, esas historias podrían ser las mismas de cada uno de nuestros pueblos. Los crímenes de los envalentonados que espantan, desde hace siglos, la provincia, en la lucha por la tierra. Están, incluso, las pequeñas locuras cometidas a causa de los celos enfermizos de los enamorados”, señala el portal.
Un paseo por el conflicto
El libro recrea una serie de escenas bélicas de la región en orden cronológico: desde una protagonizada por el cacique pijao Burrigá, un indio rezado, dueño de fuerza y maneras sobrenaturales; pasando por el duque de We-llington, un inglés que vino a traerle esterlinas a su paisano Tyrrel Moore, quien andaba en las minas de Marmato, hasta Calígula Restre-po, un malvado a quien mataron con un método grotesco, acorde con su vileza, y otro rezado, un sicario del tiempo actual.