Ya no vuelan las cometas en el aire ni arriman a la fuente del jardín los colibríes, no hay agua en el charco del Burro ni peces en la cuenca del río, se opacaron las luciérnagas de la noche y el verde de los prados se tornó pálido y seco, las campanas silenciaron sus melodías por respeto al sueño de la madrugada, desapareció la niebla del amanecer y el tinto caliente en la montaña fría y húmeda, el agua cristalina que a borbotones surgía de la tierra es un pálido recuerdo de tiempos idos.
Nos vimos envueltos en el vértigo de las redes sociales sin que lo percibiéramos, sino que lentamente nos invadieron con miles y miles de mensajes que nos sumergen en las profundidades insaciables del mercado, monstruo destructor del individuo que arrastra hacia ambiciones insuperables y conduce a la locura colectiva, basta con ver los peligrosos días sin IVA y los engañosos atractivos de descuentos.
Crece, sin misericordia, la publicidad consumista, que unos pocos evaden a conciencia, pero la inmensa mayoría cae sin remedio en la red de los oferentes de mentiras bajo la lluvia constante de sutiles llamadas a la falsa comodidad y felicidad,es un horror los cientos de mensajes que invaden el celular de cada uno, mientras nadie enseña ni educa para cambiar este camino de tortura inmisericorde que atormenta la mentalidad desde la infancia.
No hay respuesta de los adultos para los niños, ni mucho menos propuestas que alivien un poco la soledad del alma, es una carrera loca hacia el individualismo, el egoísmo y la supervivencia porque desde ya anuncian la escasez del aire, la poquedad del sol y la sequedad de la tierra.
Buscan en otros planetas la vida que destruyeron y corren en una competencia cruel y despiadada hacia la guerra en donde los muertos los pone el pueblo, nunca los dominadores, que se abrazan en los cocteles riendo a carcajadas a costa de sus mentiras y falsas promesas.
Se olvidaron de Dios e hicieron del hombre el “dios de la tierra° y han fracasado. Volver a mirar hacia arriba, en donde el Padre trata a todos con ternura es la única Verdad. La Verdad os hará libres, dice el Señor.