Esta situación tiene origen en la sobrepoblación de personas en situación de calle que, con tal de hacerse a un pedazo de metal, dejan el hueco al aire libre que no cuenta con una estrategia que permita la reposición inmediata de las tapas o reemplazarlas por otras que no resulten atractivas para quienes en busca de recursos se las siguen robando.
La gráfica que acompaña esta denuncia fue captada en la zona peatonal, a orillas del río, donde hay varias recámaras destapadas ofreciendo peligro para los transeúntes. Ojala la dependencia encargada tome cartas en el asunto y remedie la situación antes que se presente algún accidente que lamentar.