Dificultad para prestar atención, de memoria, en la percepción y la resolución de problemas, hacen parte de los comportamientos que pueden dar indicios que una persona tiene Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad.
El pasado 13 de julio, cuando se conmemoró el día internacional de esta afección, desde la secretaría Departamental de Salud se puso en marcha una campaña para que los padres de familia estén atentos a síntomas y detecten el transtorno tempranamente.
La titular del despacho, María Cristina Lesmes, especificó que el Déficit de Atención e Hiperactividad tiene un difícil diagnóstico, pero que se caracteriza por la imposibilidad que tienen los niños de seguir una tarea, de concentrarse en una actividad o de moverse permanentemente, dejar un juego y pasar a otro, y eso afecta su rendimiento escolar.
“Este Día lo dedicamos a pensar si esas actitudes que tienen nuestros niños en sus dificultades en el aprendizaje están vinculados al déficit de atención que tiene un diagnóstico médico y un tratamiento, pero sobre todo un acompañamiento a padres y cuidadores para ayudar a los niños a superar este trastorno”, aseveró Lesmes.
Tipos de transtorno
Predominantemente desatento, como lo sugiere el nombre, estas personas co tienen dificultad extrema para concentrarse, terminar tareas y seguir instrucciones.
Predominantemente hiperactivo-impulsivo, las personas con muestran, principalmente, un comportamiento hiperactivo e impulsivo. Esto puede incluir inquietarse, interrumpir a las personas mientras hablan y no poder esperar su turno.
Combinado: hiperactivo-impulsivo y desatento, este transtorno es el más común, quienes lo presentan manifiestan síntomas tanto de falta de atención como de hiperactividad.
Estos incluyen la incapacidad para prestar atención, una tendencia a la impul-sividad y niveles de actividad y energía por encima de lo normal.