La discusión no solo está en cuáles son los rostros idóneos para relevar a Toro, sino también en si la dirección reposará sobre una sola persona o habrá un cuerpo colegiado, que estaría integrado por dos representantes y dos senadores. En algo sí están de acuerdo las filas de la U: no hay un militante que tenga el mismo peso político y las características de Toro, quien se encuentra en la cabeza del partido desde 2020.
La elección tiene que tomarse con pinzas, pues el nuevo director tendrá que liderar a la colectividad en las elecciones regionales y estar al frente de la decisión sobre la postura que tomarán frente al gobierno del presidente Gustavo Petro: si el partido se mantendrá como independiente o tomará visos de oposición.
Con este panorama de por medio, en el movimiento, que actualmente tiene 25 congresistas (15 representantes y 10 senadores), son siete los legisladores que se disputan la dirección.
Como los más cercanos al corazón de Toro están el congresista Juan Carlos Garcés, quien con la “bendición” de la jefa saltó de la Asamblea Departamental del Valle al Senado; la representante Saray Robayo, única mujer en el sonajero, y Wilmer Carrillo, representante a la Cámara cercano al gobierno Petro, pero con investigaciones en curso. Desde otro sector les hacen fuerza a los senadores José Alfredo Gnecco, también con investigaciones pendientes; Juan Felipe Lemos, quien se ha mostrado crítico con la bancada de gobierno; Antonio José Correa, cercano al presidente Petro, y José David Name, quien fue presidente del Senado entre 2014 y 2015.