La histórica emergencia invernal del pasado domingo y que desbordó la quebrada La Artieta en San Pedro, ocasionó no solo daños a la zona montañosa y el casco urbano sino un bloqueo monumental de más de 8 horas en la doble calzada entre Tuluá y Buga, donde circula la carga que proviene de Buenaventura hacia el interior del país y viceversa, obligaron a desviar todo el tráfico hacia la Troncal del Pacífico.
Lo anterior sirvió para descubrir el pésimo estado como se encuentra esta vía alterna del departamento.
Lo que hemos descubierto, pone de presente, de nuevo, el reincidente olvido de todos los gobiernos en materia de mantenimiento vial de donde se desprende las terribles consecuencias que traumatizan la movilidad y eleva los costos del transporte y al final de todos los bienes de consumo necesarios para la población en general.
El mal estado del tramo entre Mediacanoa y la glorieta de Riofrío dejó en esta contingencia cientos de daños a los vehículos que no pudieron eludir lo profundos huecos que se camuflaron con la lluvia.
Lo más traumático es el problema que se genera en el transporte de los alimentos, especialmente de los básicos que afectan la canasta familiar y lo peor de todo es que nunca se toman las medidas preventivas necesarias para evitar los problemas y si hacen un control, lo hacen a medias.
Cuando existen las emergencias se buscan alternativas como solución y en este caso al buscar la Troncal del Pacífico, nos encontramos el olvido sempiterno de las autoridades viales en cuestión de mantenimiento y conservación del estado de las carreteras del país.
Ésta vía, inicialmente llamada Panorama, fue construida como una opción real para agilizar el tráfico automotor de la doble calzada Buga-Tuluá-La Paila-La Victoria-Cartago, especialmente de los que llevan la carga pesada desde y hacia el interior del país procedente de Buenaventura y siendo el cruce por Buga, sector de Mediacanoa, se intentaba facilitar la movilidad.
Sin embargo, con el paso de los años, no se ha cumplido a cabalidad con este propósito en un principio loable, y el deterioro del asfalto ha sido permanente, sin aplicar las medidas correctivas eficaces, y la falta más grave es no haber previsto el crecimiento constante y geométrico del transporte vehicular, que ahora se refleja como una necesidad indispensable, prioritaria y urgente, cuando se presentan los problemas ya mencionados a raíz de los derrumbes, caída de puentes, desbordamiento de los ríos, entre otros, que afectan seriamente a la comunidad.
Creemos aceptable la idea generalizada sobre la necesidad de construir una calzada adicional de una vez, a propósito de los arreglos que deben adelantarse actualmente, y de esta manera se “matan dos pájaros de un solo tiro” lo cual da como resultado el ahorro en recursos y mejoraría ostensiblemente el tráfico automotor.
No continuar dejando para mañana, lo que se puede hacer hoy, sería el mejor propósito del gobierno y de las autoridades responsables de la movilidad vial en el país y específicamente en el centro y norte del Valle, que repercute en la economía nacional, si tenemos en cuenta las exportaciones e importaciones que se realizan, hacia y desde el puerto de Buenaventura.
De esta forma, se convertiría la Troncal del Pacífico, en una verdadera vía panorama, para el disfrute de cuantos pasan de un lado y otro por el Valle del Cauca, abundantes paisajes, hermosos, que invitan a la alegría y la esperanza.