Durante la jornada, que contó con el apoyo del abogado Diego Candamil y su grupo de trabajo, estas personas disfrutaron del baño, corte de cabello, arreglo de uñas de pies y manos, café con pan y lechona como plato fuerte a la hora del almuerzo.
Freddy Escudero, párroco de esa comunidad religiosa, destacó el aporte de los fieles que permitieron incluso que los habitantes de calle recibieran una sudadera y una camiseta como estrén.
«La verdad es que esta jornada que hace parte de una propuesta del papa Francisco y que nosotros incluso nos anticipamos un año, la hacemos por la misericordia de Dios y fue un desafío pues venimos de una pandemia, el paro, pero la gente respondió muy bien», dijo el padre Escudero.