El aspecto ambiental empieza a ser tenido en cuenta en la medida en que se presenta como un problema económico de gran envergadura y deja de ser simple expresión de factores sobre dimensionados por la economía del “terror”. Así, lo vemos recientemente en las Naciones Unidas.
Sólo cuando los grandes sectores de la producción se vieron afectados en forma directa en sus ingresos, o cuando se dieron efectos sociales y que a su vez afectaron ciertos ingresos, los Estados y los grandes productores no comenzaron hacer conciencia plena de que a los costos económicos del desarrollo había que anexarles los costos ambientales, para que dentro de los proyectos de desarrollo se contemplaran inversiones con destino a minimizar los efectos negativos que sobre el ambiente ocasionan los factores de orden técnico agrícola, pecuario, industrial o minero, con el objeto de obtener así, verdaderos beneficios de tipo económico y social de una forma sostenida, que garantizara el poder seguir utilizando (no explotando) los recursos de una forma indefinida y con una mayor eficiencia.
Al mismo tiempo que los ecologistas reclamaban, la población menos favorecida también comenzó a exigir el mantenimiento y mejoramiento de la calidad ambiental para evitar un mayor deterioro de su calidad de vida a causa de inundaciones, falta de infraestructura, contaminación del aire, ruido, proliferación de enfermedades, como la sufrida por el señor suboficial de la Policía Nacional, quien por descuido, según sus propias palabras, del Estado, solicitó hace pocos días, la eutanasia, ante la imposibilidad de ser curado.
Fuera de lo económico, hay dos factores más: el social y el político. Así los vemos en las marchas de los campesinos e indígenas pidiendo protección para el Medio Ambiente y para los Derechos Humanos, ya que son frecuentes los asesinatos contra los líderes defensores del Medio Ambiente, que también se ha convertido en centro primordial de planeación urbana y rural debido a que su mal manejo ya vislumbra amenazas a las riquezas de las naciones o será un canal directo para engrandecer las nuevas fuentes de pobreza.