Según lo indicado, “Don Beto” se estaba hospedando desde hace un par de días en el lugar y en el momento de su muerte se encontraba sentado en una silla rimax y dándole la espalda a la ventana que da a la calle.
El hombre, conocido por ser uno de los integrantes del Cartel del norte del Valle, veía televisión cuando su agresor se acercó y le disparó.
De acuerdo con lo establecido por las autoridades, se trataría de dos sujetos que se movilizaban en una motocicleta, uno de los cuales se bajó del vehículo para lograr su objetivo.
Rentería llevaba una vida modesta y manejaba un bajo perfil, e inclusive en varias oportunidades realizaba solo sus desplazamientos por la ciudad, exceso de confianza que lo habrían hecho más susceptible al ataque contra su vida.
Tras la muerte de Rentería Mantilla se efectuó un Consejo de Seguridad, presidido por el alcalde municipal John Jairo Gómez Aguirre y que además contó con la presencia del Comandante de la Policía Valle.
Al término de la reunión, el mandatario de los tulueños manifestó: “todos los homicidios en Tuluá nos duelen, pero hay algunos que exigen mayor trabajo y respuesta inmediata por parte de las autoridades por las consecuencias que ellos pueden tener”.
¿Quién era “Beto” Rentería?
FUE hijo de Gumersindo, un comerciante de electrodomésticos y Beatriz, una docente que se desempeñó como rectora de la institución educativa Julia Becerra. Creció junto a sus padres y seis hermanos, tres de los cuales eran mujeres y con quienes vivió en el barrio Popular de la Villa de Céspedes.
Al final de los años 80 se convirtió en uno de los narcotraficantes más reconocidos y después uno de los más buscados por las autoridades norteamericanas y por quien la DEA ofrecía una recompensa de hasta 5 millones de dólares.
La captura de Carlos Alberto Rentería Mantilla finalmente se produjo el 4 de julio del año 2010 en Venezuela y desde una Corte del Distrito se definió su extradición a los Estados Unidos, ya que era requerido por conspiración con fines de narcotráfico, ocasión en la que también fueron enviados Luis Frank Tello Candelo, alias el “Loko Frank” y Carlos Ojeda, conocido como el “Ingeniero del mar”.
Rentería, después de pagar siete años de condena, fue deportado a Colombia, donde fue abordado por agentes del CTI y enviado a la Cárcel La Picota por corto tiempo, tras ser señalado como responsable de los envíos de droga dentro de las estructuras del norte del Valle.
Tras haber saldado sus cuentas con la justicia de ambos países, en el 2018 decidió radicarse en Pereira, pero de manera ocasional visitaba a su natal Tuluá, la ciudad que vio nacer y morir al último de los capos del norte del Valle que, además, será recordado por muchos como el gran impulsor del desarrollo del sector salud en el corazón del Valle.