De acuerdo con lo establecido, en todo el país son 1.620.000 adultos mayores los beneficiarios del programa, quienes reciben 80 mil pesos, correspondientes al subsidio.
La nueva directriz que ha causado estrés y caos, no solo a los adultos, sino a sus familias, tiene que ver con que a partir de este ciclo dejó de ser válido el mecanismo transitorio para el pago del subsidio mediante terceros avalados. Esto teniendo en cuenta que el pasado 30 de junio terminó el estado de emergencia económica, social y ecológica declarado para enfrentar la pandemia de covid-19.
Lo anterior quiere decir que para poder acceder a los recursos deben ser cobrados personalmente o, en su defecto, presentar un poder debidamente autenticado en Notaría.
“Mi papá está muy enfermo y cada vez que lo movemos, le duele hasta el alma y esa platica que cobramos fue una tortura para él y para nosotros. A duras penas pudimos llevarlo a uno de los puntos de pago pero no quiso ir a ninguna notaría ni nada”, expresó el familiar de uno de los beneficiarios.
Esta misma persona le pide al DPS que “por favor regule métodos alternativos definitivos para pagarles a estos adultos mayores, que tanto lo necesitan”.