La cifra de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo indica que hay más de 65.838 damnificados en el país por causa del invierno.
En gran parte del territorio patrio, la intensidad de las lluvias ha sido implacable con ganaderos y agricultores.
De acuerdo con las cifras de la Federación Nacional de Cafeteros, el prolongado fenómeno de “La Niña” en esta temporada disminuyó cerca de 15 por ciento la producción del grano. “Principalmente, las afectaciones son en la movilidad, en el transporte para sacar el producto de las veredas a los cascos urbanos, ya que las vías están intransitables”, indicó Edier Valencia, caficultor de la zona, tras precisar su preocupación por la lentitud en los trabajos de la vía Tuluá- San Rafael.
DATO: Los cultivos de pancoger y los frutales son los más afectados por la prolongada temporada de lluvias.
“He solicitado a la gobernación del Valle del Cauca y la Secretaría de Infraestructura una reunión con los líderes de la región y el contratista de la obra para que nos brinden información sobre el desarrollo de la misma y sobre otros tramos que están a punto de perder la banca”, indicó Valencia.
Agregó que si bien es cierto la obra se ha retrazado por la incesante ola invernal, se debe buscar la forma de optimizar el tiempo, ya que hace unos 5 días se perdió por completo la banca y no hay paso ni para vehículos pequeños.
Llamado desde la parte plana
Si por la alta montaña llueve, en la zona rural plana no escampa y las mayores afectaciones se presentan en los llamados cultivos de pancoger y en los frutales de regiones como Tres Esquinas, Bocas de Tuluá, Campoale-gre, El Salto, entre otros, donde plantaciones como la papaya y el limón empiezan a padecer los rigores de la lluvia.
“Estamos muy preocupados por la situación, pues no estamos preparados para un periodo tan largo de lluvias y hoy más que nunca necesitamos de la ayuda del gobierno municipal”, dijo María Yaneth Vargas, líder comunitario del sector.
Precisó que los técnicos de la Sedama deben estar en los territorios y no en las oficinas, pues allí no prestan ningún servicio a los campesinos. “Ahora más que nunca el campesinado de Tuluá requiere de la atención de la Administración Municipal que, a decir verdad, nos ha dejado a la deriva y de manera especial a los que trabajamos la tierrra en la parte plana”, precisó la vocera de Bocas de Tuluá.