Carlos Velasco, vocero de los trabajadores del ICBF en la Villa de Céspedes, dijo que del pliego de peticiones que formularon en el 2019, cuando también adelantaron jornadas de protesta, el panorama poco ha cambiado y por el contrario tiene tendencia a volverse más complejo.
En diálogo con EL TABLOIDE, explicó que para el correcto funcionamiento de la entidad requieren de profesionales en las diferentes áreas de atención a la ciudadanía de Tuluá y los municipios del área de influencia.
A lo anterior se suman las dificultades locativas donde hay graves falencias y por la falta de espacio se presenta un hacinamiento que va en detrimento de la salud y por ende de la calidad de vida de los funcionarios.
“Está claro que el problema no solo es para quienes laboramos en esta oficina, sino también para los usuarios que llegan de los diferentes municipios”, precisó Velasco.
“No sabemos cuántos días vamos a estar en esta jornada, pues todo depende de las negociaciones de los miembros del sindicato con los voceros de la entidad nacional”, expresó.
Velasco fue enfático en señalar que durante el tiempo de la protesta, los comisarios de familia deberán atender los casos graves que se presenten y que pongan en riesgo la vida de los niños, jóvenes o adolescentes, en una tarea que será concertada con la Administración Municipal, a través de la Secretaría de Gobierno, Seguridad y Convivencia.