Además, ese mismo estudio indica que hay varios departamentos de Colombia donde ese rango de edad está en los 57, razón por la cual hay más preocupación aún. Por ello Rodolfo Correa, presidente del Consa, afirma que no es alarmante decir que en 10 años no habrá quién siembre comida en el país.
Según el funcionario, las nuevas generaciones de agricultores están migrando para las ciudades principales en búsqueda de oportunidades, al no encontrar en el campo oportunidades reales para su desarrollo académico y laboral. Además, se evidencia que hay factores como la violencia, así como económicos y políticos, que inciden en el desarrollo de esta labor.
Correa indica que ese fenómeno ha generado diferentes procesos que se encuentran conectados a dinámicas de educación, empleabilidad, vivienda y salud. “Existen diversidad de problemáticas, potencialidades, sueños y expectativas de los y las jóvenes del campo que los alejan de un proyecto de vida en sus territorios de origen. La marginalidad histórica que ha tenido el campesinado y el mundo rural en las agendas políticas ha hecho que las oportunidades sean escasas y que estos prefieran en cuanto se gradúan buscar nuevos horizontes lejos del ambiente donde crecieron”.
Por ejemplo, en Antioquia, la unión de la Administración Departamental, la Alcaldía, el SENA y la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria-Agrosavia promovieron la formación de jóvenes con elementos tecnológicos para impulsar la agricultura y mostrar a las nuevas generaciones campesinas que sí es posible trabajar en el campo colombiano.
El proyecto contempla la producción de aguacate para convertir a la región en líder de la aplicación de tecnología para avanzar en la certificación de su cultivo como predio exportador. “Teniendo como gran meta vincular los jóvenes rurales a procesos de innovación, tecnología, buenas prácticas agrícolas y comercialización en el agro para mejorar la productividad, el relevo generacional y la sostenibilidad del campo”, afirmó Correa.
Cinco panelistas discutirán sobre el impacto de la pandemia en el campo y las medidas necesarias para suavizar sus efectos.. – Foto: Cristiam Cubillos
Además, se busca que haya una exportación de productos para masificar los cultivos y generar más empleo. “Es una manera clara y concreta de mostrar el compromiso que se debe tener desde los gobiernos con la incorporación de las nuevas generaciones en la productividad, pero sobre todo con la utilización de la tecnología para la producción sostenible de alimentos que haga de la agricultura una actividad atractiva para los jóvenes, de tal manera que se creen condiciones para mantener su arraigo”.
Se buscará que las gobernaciones del país impulsen este tipo de proyectos para evitar que los jóvenes abandonen el campo y continúen con las tradiciones familiares y resaltar la importancia de su trabajo, ya que sin ellos, no habría comida en Colombia.
La pandemia del coronavirus empezó a mostrar esta tragedia en la agricultura aunque no es el único motivo de la crisis existente. Por ejemplo, los desastres naturales; el cambio climático y las enfermedades que atacan los cultivos y el ganado, son otros factores de los problemas en el campo.
En 2021, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) expidió un reporte sobre el tema. “En ningún otro momento de la historia la agricultura se ha enfrentado a tal variedad de riesgos familiares y desconocidos, interactuando en un mundo hiperconectado y un panorama que cambia precipitadamente”, dice el reporte.
El estudio destacó que la agricultura sustenta los medios de vida de más de 2.500 millones de personas, la mayoría de ellas en países de bajos ingresos, donde ese sector sigue siendo un motor clave para su desarrollo.
Aunque en Colombia no se puede hablar de una crisis, lo cierto es que sí se ha presentado desabastecimiento en algunas regiones y crisis en el campo por cuenta de la pandemia y los paros que se vivieron.