Uno de los hechos más dolorosos que EL TABLOIDE ha registrado en sus 50 años de circulación fue sin duda alguna la llegada a la región centro norte del Valle de los hombres del Bloque Calima de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC.
De acuerdo con los registros históricos existentes, el sábado 31 de julio de 1999, un numeroso grupo de hombres armados se tomó el corregimiento de La Moralia, zona rural media de Tuluá, en el mismo día en que la comunidad celebraba las fiestas patronales de la Virgen del Carmen, cuando los paramilitares bloquearon las vías de acceso y reunieron a los presentes en el lugar.

Un estudio del grupo de Memoria Histórica de la Universidad del Valle que reconstruyó los hechos, da cuenta que alias ‘El Flaco’, un exguerrillero que fue capturado por los paramilitares en su recorrido hacia La Moralia, señaló a Orlando Urrea y su hija Sandra Patricia, como supuestos auxiliadores de las Farc, por lo que fueron asesinados y se convirtieron en las primeras víctimas de las Autodefensas en el Valle del Cauca.

La noticia de la muerte de padre e hija se regó como pólvora por la montaña y el miedo se hizo colectivo y, mucho más, al conocerse los relatos sobre la incursión de este ejército del mal, en Camiones Chevrolet Kodiak, con armas nuevas y sofisticadas y con la mirada poseída.
La espiral de muerte y dolor se esparció por veredas y corregimientos de Tuluá y se extendió a Bugalagrande, Andalucía y San Pedro.
Dolor en Alaska
En medio del dolor por las muertes, desapariciones y desplazamientos se vivió uno de los capítulos mas duros y sangrientos la tarde del 10 de octubre de 2001, cuando un grupo de entre 20 y 30 paramilitares llegó al corregimiento de La Magdalena, en Buga, y se llevó a ocho personas a quienes asesinaron en un cruce de vías cercano. Luego, en la vereda Alaska, reunieron a un grupo de campesinos frente a la parroquia con el pretexto de leerles un comunicado. Allí seleccionaron a 14 hombres, los alinearon frente a la caseta comunal y les dispararon ráfagas de fusil.
Treinta minutos después los asesinos entraron en la vereda Tres Esquinas, donde mataron a otras personas. Después, en la vereda La Habana, detuvieron una chiva, en la que viajaban unos 45 pasajeros, hicieron bajar a los hombres, los obligaron a correr y les dispararon ráfagas de fusil por la espalda. En total, a la morgue de Buga llegaron 24 cadáveres.
Cifras de la Comisión de la Verdad presentadas junto con el Informe Final indican que la incursión paramilitar dejó en el Valle más 40 mil víctimas mortales. En los cinco años de operaciones el grupo armado ilegal perpetró 68 masacres, 270 asesinatos y un gran número de desplazamientos masivos.
Llegó la desmovilización

En la finca El Jardín, en el corregimiento de Galicia, en el municipio de Bugalagrande, se cumplió la desmovilización de 543 miembros del bloque Calima, en su mayoría hombres de otras regiones del país. El 70 por ciento de ellos procedía de los departamentos de Córdoba y Antioquia, especialmente la región de Urabá.